Tania Bedriñana

umbra








En su exhibición individual UMBRA en Socorro Polivalente, la artista peruana Tania Bedriñana residente en Berlín, muestra una instalación de sitio específico, para la cual utiliza diferentes modos de producción artística como el cut-out (recorte), la pintura y el dibujo sobre pared. Probablemente será la última exhibición en las instalaciones de Socorro antes de la demolición inminente del edificio, lo que permitirá a Bedriñana aprovechar al máximo el espacio arquitectónico actual.

Incluyendo las condiciones materiales de las paredes encontradas como manchas, rasguños y fisuras, su instalación organiza a gran escala de manera asociativa sus figuras -recortes en  papel o tela, pintados con óleo y acuarela. El momento en que algo emerge de la superficie, permanece allí o desaparece nuevamente: éste es el misterio de la pintura que Tania Bedriñana trata de desentrañar radicalmente. Ella aplica la pintura en capas, la frota sobre el papel o la tela y, por lo tanto, tensa la superficie hasta que se logra una pátina mate o brillante. La superficie pintada se puede ver como sinónimo de la piel. "En cada momento", describe Georges Didi-Huberman este fenómeno, "los artistas corren el riesgo de despellejar la carne de sus ‘sujetos’, de la ‘figura’ o la cara...". El tratamiento recurrente de la textura y el material de la imagen, sin embargo, le permite a la artista extraer la figuración de la sustancia y la cromática de la pintura. Particularmente al revelar el proceso emergente de su arte, Bedriñana aborda la imagen como un evento. Se centra en un trabajo creativo auténtico y expresivo, basado en su persona y biografía propia.

Una parte central de la instalación UMBRA es conformada por una gran tela, sobre la cual las figuras fragmentadas han sido pintadas, dibujadas o aplicadas como recortes, convirtiendo el lienzo plano en un objeto tridimensional. En algunas partes, incluso perfora el enlucido de la pared y así abre una nueva dimensión antes oculta. El término umbra se refiere a las sombras de las figuras, ocultas detrás de las capas superiores de la tela tratada. Las sombras, a menudo asociadas con la misteriosa y espeluznante oscuridad de lo desconocido, apelan a nuestros miedos internos, a nuestra angustia existencial, que tiene sus raíces en un sentimiento de extrañeza y melancolía. Hay, sin embargo, también otra lectura de sombras posible, que se centra en su ligereza efímera. Una sombra está estrechamente vinculada a la figura sólida u objeto de su origen, como su huella física, así como su representante figurativa: sirve como un símbolo dual de presencia y transitoriedad, pasado y presente, de memoria y pérdida. Los antiguos griegos creían que en la muerte el alma de uno deja el cuerpo atrás como una sombra, llamada eidolon, que luego fue transferida al reino de las sombras. Y en la historia del arte occidental se cree que una sombra proyectada es el origen de la pintura: según el antiguo mito del modelador griego Butades de Sicyon, su hija dibujó en una pared el contorno de la sombra de su amante, que luego él modeló en arcilla. Así, inventó la primera imagen del ser humano. En los siglos dieciocho y diecinueve, los retratos recortados, denominados siluetas, perfiles o sombras, se convirtieron en un popular método artístico para hacer retratos. Todos estos ejemplos ilustran cómo la sombra de una persona llegó a representar a la misma y cómo, en su ausencia, su huella se revitaliza en el arte. De hecho, a lo largo de la historia de la pintura, artistas como Rembrandt, Caravaggio y Holbein han aplicado la sombra proyectada para agregar a sus figuras una presencia animada.

En la instalación UMBRA de Bedriñana, la figura aislada y las distintas partes del cuerpo femenino tienen una presencia nítidamente clara. Existe, sin embargo, una correlación integral reconocible que abarca todo lo que anima la sala. En este sentido, está relacionado con las culturas precolombinas, como los antiguos murales del Complejo Arqueológico de El Brujo. Habiendo visitado el recinto  antes de su restauración, Bedriñana quedó profundamente impresionada y recuerda especialmente los colores de los perros sin pelo peruanos, cuya piel refleja los colores de la arena y el mar característicos del norte del Perú. Los graffitis y relieves figurativos, que datan de tiempos precerámicos, cubren las superficies del sitio, lo que se suma a la vívida impresión de las diferentes habitaciones y cámaras. Según el autor japonés Tanizaki Jun'ichirō, la belleza de una habitación "depende de una variación de sombras, sombras pesadas contra sombras claras". La belleza, por lo tanto, no se puede encontrar en la cosa en sí, sino en la "magia de las sombras", en el juego de luz y oscuridad que un objeto contra otro crea.

Ciertamente hay una alegría lúdica perceptible en los recortes de Bedriñana. De hecho, la fuente de sus invenciones pictóricas es el ser infantil, en su gracia, su franqueza y su juego alegre. Similar a los niños, que tienden a perderse en el juego, la artista se pierde en su arte. Es el estado libre e inconsciente de hacer que trata de lograr mientras dibuja, corta y organiza sus recortes. El acto de cortar varía entre la delicada delineación por un lado y la transgresión agresiva por el otro.

Nuevamente podemos encontrar un paralelo con el juego escénico, que une seriedad y alegría, siendo a veces incluso cruel o irónico. Esto se puede observar en las escenas y fragmentos representados en la instalación, pero las acciones de las figuras permanecen misteriosamente vagas y, finalmente, más allá de las palabras. A Bedriñana no le interesa la ilustración de una narración o la realización de un concepto. Ella más bien trata de capturar el momento de la revelación de la imagen, por muy volátil que esta sea.

Christine Jadi
















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